Quizás haya notado que a medida que se desarrollan las capacidades de comunicación de su bebé, desaparecen algunas de las rabietas que tenía antes, aunque no todas. Ayúdelo a utilizar palabras que le permitan darle a entender lo que necesita, pero no lo presione para que aprenda frases completas.
UNA ALIMENTACIÓN CORRECTA
Es buena idea informar a su pediatra o a su enfermera acerca de lo que está comiendo su hijo a esta edad. Si usted le ofrece a su bebé comidas equilibradas que contengan proteínas, tales como carnes o quesos, carbohidratos como pasta o arroz y una buena selección de verduras y frutas frescas, probablemente su dieta será la correcta. El aumento de peso total de su pequeño le indicará a su pediatra si él está comiendo en forma adecuada. El pediatra le puede recomendar suplementos vitamínicos si a usted le preocupa que su hijo no coma suficientes verduras o frutas.
Nota: Consulte con su doctor antes de suministrarle vitaminas a su bebé. Demasiada cantidad de determinadas vitaminas y minerales puede ser tóxica. Además, usted no debe por ningún motivo suministrarle a su bebé vitaminas para adultos. Existen vitaminas formuladas específicamente para los niños.
Sugerencia breve: para un niño caprichoso, ponga pequeñas porciones de alimentos en algunas cubiteras para hielo, ya que esto agrega una cuota de diversión a las comidas. Además, las cantidades pequeñas en cada espacio podrían parecer menos agobiantes para su bebé. Entre las buenas ideas para estas 'comidas servidas en cubiteras' se incluyen trocitos de frutas, cubos de queso, porciones de pasta, cereales y verduras cocidas.
CÓMO CONTROLAR LA MALA CONDUCTA
Durante los primeros años de su bebé, es probable que el refuerzo negativo claro y directo sea la herramienta más efectiva con la que usted cuenta cuando es necesario refrenar sus actitudes negativas, tales como morder o golpear. Pero, en lugar de hablarle rudamente, molestarse y ponerse nerviosa (lo que sólo incentiva esa mala conducta), quizás sería mejor soltarlo calmadamente y alejarse un poco de él. Esto tiene un efecto tranquilizador y no acelera el comportamiento de un niño que ya está sobreestimulado. Sin importar lo que haga, tampoco lo golpee ni lo muerda, ya que eso sólo incentivaría esa conducta. A esta edad, su hijo no es capaz de ver desde la perspectiva de otra persona lo que él está haciendo.
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