Las mentiras son una parte normal del desarrollo de tu niño(a) en edad preescolar. Todavía están diferenciando entre realidad y ficción y su imaginación les lleva a confabular historias. Así que no te preocupes demasiado por esas primeras mentiras pero aprovéchalas como oportunidades para enseñarle. No, no he encontrado a Sofia mintiendome... aun XD Hay cosas que em dice pero las tomo como si fueran parte de su imaginacion infantil.
Hay diferentes razones por las que los niños mienten en esta edad. A veces nos cuentan historias fantásticas que son fruto de su imaginación pero que no tienen ninguna consecuencia para los demás. Por ejemplo, pueden hablarnos del gato parlanchín que vive en su habitación. Receurdan al monstruo y al perro de Sofia ????) Estos son buenos momentos para alentar su creatividad y a la vez hacerle ver que sabemos que no es una historia real. Podemos decirle, “que historia más fantástica me has contado, tienes una imaginación excelente.”
En otros momentos los pequeños dicen mentiras para evitar las consecuencias de sus actos. En su mente, si dicen que no lo han hecho, quiere decir que ¡realmente no lo han hecho! En estos casos es mejor no entrar en un estira y afloja de quién dijo la verdad y hacerle cumplir con las consecuencias de sus actos. Por ejemplo, si vertió un saco de arena y afirma que no fue él/ ella, simplemente dile, vamos a limpiar la arena y recogerlo todo. Así irá aprendiendo que su mentira no le evita las consecuencias.
Puede ser que tu pequeño(a) también cuente mentiras no tan inocentes o mentiras que nos parecen que están dirigidas a manipularnos a nosotros o a alguien en su entorno. En estos casos, los pequeños acostumbran a querer probar nuestros límites. Por ejemplo, un caso común es “papá me ha dicho que puedo comer más galletas” cuando realmente papá no ha dicho nada. Es importante mantenernos firmes en nuestros límites y explicarles que las mentiras no van a ayudarle en estas situaciones. Además, si las mentiras persisten, podemos pensar en una consecuencia (por ejemplo, no tener acceso a un juguete durante un día) para establecer cuando nos cuenten la mentira.
Esta es una buena época para hablar con nuestros niños acerca de la importancia de decir la verdad y el efecto que puede tener mentir en la confianza de los demás. Existen bastantes historias y fábulas populares que tienen una moraleja o sentido moral acerca de la mentira (por ejemplo, la historia del pastor que mentía “que vienen el lobo”) Puedes usar estas historias para hablarle de la importancia de ser sincero con las personas de nuestro entorno.
Si las mentiras son muy frecuentes y persisten con los años, es importante que probemos de entender porqué están mintiendo. A veces las mentiras pueden estar cubriendo una ansiedad que tienen. Si las exploramos, podemos ayudarles a resolver la ansiedad y a darles las herramientas necesarias para no tener que usar la mentira como un recurso para resolver conflictos. En estos casos puedes beneficiarte de hablar con un profesional (psicólogo o consejero) que pueda ayudarles a ver que hay detrás de las mentiras de tu niña(o)
Como siempre, recuerda que los niños aprenden mayoritariamente de nuestro ejemplo, si nosotros les demostramos honestidad, les ayudaremos a ser honestos. Si les mentimos con frecuencia, les daremos el mensaje que mentir es algo aceptable. Esto no quiere decir que les hayamos de contar todo a nuestros pequeños, pero en nuestras respuestas (que pueden ser muy escuetas y concretas) no les mintamos.
Todos los niños en edad preescolar experimentan con las mentiras, ¡no te preocupes! Pero está atenta(o) a sus mentiras. Observa qué tipo de mentira es y qué oportunidad te brinda para enseñarle a tu pequeño(a) el poder de ser honesto(a)
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