Cierto día una luciérnaga paseaba de lo mas tranquila por el bosque,
cuando de repente una serpiente se la quiso devorar.
La luciérnaga empezó a volar lo mas rápido que podía y la serpiente la seguía y la seguía,
aquí, allá y en todas partes.
Cada que la luciérnaga intentaba alzar nuevamente el vuelo la serpiente aparecía de la nada,
como si día y noche vigilara a la pobre luciérnaga.
Y así pasaron los días hasta que la luciérnaga cansada
de ser perseguida se detuvo y le dijo a la serpiente:
Esta bien señora serpiente, usted gana. Pero antes de ser comida por usted
quisiera saber porque me quiere devorar si yo no pertenezco
a su cadena alimenticia, mucho menos recuerdo
haber hecho algo que la molestara.
Entonces la serpiente visiblemente enojada le dijo:
Es verdad tu nunca me haz hecho nada y mucho menos me
sabrías a nada en la boca, pero me molesta mucho
que tengas luz propia, me enoja verte brillar.
Así como la luciérnaga de este cuento muchos tenemos luz propia
y día a día nos dejamos vencer por quienes creemos
que son mas fuertes que nosotros.
¡No seas como la luciérnaga que dejo apagar su luz solo
porque a otros no les gusta verte brillar, pero tampoco seas
como la serpiente que te moleste ver como otros
triunfan por su brillo, mejor descubre tu propia LUZ…
cuando de repente una serpiente se la quiso devorar.
La luciérnaga empezó a volar lo mas rápido que podía y la serpiente la seguía y la seguía,
aquí, allá y en todas partes.
Cada que la luciérnaga intentaba alzar nuevamente el vuelo la serpiente aparecía de la nada,
como si día y noche vigilara a la pobre luciérnaga.
Y así pasaron los días hasta que la luciérnaga cansada
de ser perseguida se detuvo y le dijo a la serpiente:
Esta bien señora serpiente, usted gana. Pero antes de ser comida por usted
quisiera saber porque me quiere devorar si yo no pertenezco
a su cadena alimenticia, mucho menos recuerdo
haber hecho algo que la molestara.
Entonces la serpiente visiblemente enojada le dijo:
Es verdad tu nunca me haz hecho nada y mucho menos me
sabrías a nada en la boca, pero me molesta mucho
que tengas luz propia, me enoja verte brillar.
Así como la luciérnaga de este cuento muchos tenemos luz propia
y día a día nos dejamos vencer por quienes creemos
que son mas fuertes que nosotros.
¡No seas como la luciérnaga que dejo apagar su luz solo
porque a otros no les gusta verte brillar, pero tampoco seas
como la serpiente que te moleste ver como otros
triunfan por su brillo, mejor descubre tu propia LUZ…
Visto en | Revista Punto de Venta, #411
7 comentarios:
Hermosisimoooooo!!
Gracias por compartirlo!
Besos para ti y Sofia!
me alegro de que te haya gustado
besos a la peke !!!!!!
Gracias Vivi por estas palabras, debemos tenerlas presente siempre. Y seguí brillando como hasta ahora, muchas admiramos tu luz.
Besitos
Gracias Nancy !!
y ya sabes que yo te admiro a vos!!!
VIVI
QUE HERMOSO ESCRITO, ME ENCANTO ,GRACIAS POR COMPARTIRLO ,EN MI BLOG TENES UN MIMO
BESOS
HOLA, VENGO DESDE OTRO BLOG AMIGO, Y VEO MAMUCHAS AMIGAS Y ME GUSTARIA SEGUIRTE TAMBIEN PARA LEERTE¡¡
QUE LINDO MENSAJE EL DE TU ENTRADA¡¡
TE DEJO UN BESO....
SILVIA
HOLA!!! ES UN HECHO QUE ESTA PEQUEÑA HISTORIA O MORALEJA ES UNA DE MIS FAVORITAS SOLO QUE ME LA SABIA CON LA VERSIÓN DE UN SAPO EN LUGAR DE UNA SERPIENTE PERO DEFINITIVAMENTE LA DE LA SERPIENTE ME ENCANTÓ QUE LINDO QUE SUBAS ESTE TIPO DE COSAS NUNCA SE SABE CUANDO ALGUNA DE TUS LECTORAS LAS PODEMOS NECESITAR.. BESITOS A TUS BEBAS... CIAOO!
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