Para Bárbara, mamá primeriza de Martín, cada visita al pediatra es una gran ocasión. Pero lamenta no haber aprovechado más la última consulta: " Cuando Martín estaba por cumplir el año y medio tuve que cambiar de pediatra. Lo fui a ver y lo encontró perfectamente bien. Le mandó un par de vacunas y me dijo que siguiera así con la dieta y demás hábitos. ¡Pero los días siguientes se me empezaron a ocurrir un montón de preguntas y lamenté muchísimo no haberlas pensado antes!"
La visita al pediatra es una excelente oportunidad para resolver esas largas dudas y extensos debates en los que todos opinan. ¿Puede comer chocolate? ¿Es normal que no duerma la siesta? Pero muchas veces, la mamá llega al consultorio con la mente en lo que preguntará en el momento y en una mezcla de emoción y nervios, puede olvidar ciertas preguntas interesantes. ¡Suele suceder!
1. LA CONSULTA, PASO A PASO:
Aunque varía de profesional en profesional, en líneas generales el control es similar. Para empezar y como siempre, el pediatra va a pesar y medir al bebé para asegurarse de que esté creciendo a un ritmo saludable. Esta vez también toca controlar la vista y la audición. Otro componente ineludible de esta visita es la prescripción de las vacunas que corresponden a la etapa: la cuarta dosis de la Sabín y de la Cuádruple (DPT + HIB). Como las infecciones de oído, los resfríos y la gripe son comunes entre los chicos de esta edad, seguramente el pediatra haga referencia a estas dolencias y recomiende medidas preventivas, especialmente si el bebé asiste a una guardería o jardín maternal (frecuente fuente de contagio). También es un buen momento para asesorar a la madre acerca del desarrollo esperable para los próximos meses, en cuanto a temperamento y comportamiento.
2. ALGUNAS TÍPICAS PREGUNTAS DEL DOCTOR:
Usualmente, el pediatra quiere conocer los hábitos del bebé, para asegurarse de que esté cumpliendo las etapas de desarrollo que corresponden. Seguramente quiera saber cómo está durmiendo. A esta edad, la mayoría de los niños duerme alrededor de 11 horas a la noche y una siesta de entre una y dos horas durante el día. Sin embargo, la hora de dormir usualmente es una batalla, ya sea porque prefieren seguir jugando, o por temor a quedarse solos o a la oscuridad. ¿Cuáles son sus hábitos de alimentación?: Con esta pregunta, el pediatra se entera si el bebé está recibiendo una dieta balanceada. Probablemente sugiera algunos componentes imprescindibles del menú o dé algunos consejos para que permanezca sentado durante la hora de la comida. ¿Cómo camina? A esta edad, casi todos los bebés ya dieron sus primeros pasos. Mencionarle al doctor si camina con algún defecto particular –en puntas de pie, o inclinado para un costado–, le servirá para evaluar su motricidad gruesa. ¿Habla mucho? Para esta época, la gran mayoría de los bebés ya usa al menos seis palabras. Algunos, incluso, combinan dos para formar una oración básica. El pediatra podrá recomendar maneras de fomentar el desarrollo del lenguaje, tales como la lectura y la interacción social con pares. ¿Le lavan los dientes y las encías? Desde el momento en que salen los primeros dientes es importante una buena higiene bucal, aunque la dentadura no esté completa. Quizás recomiende gotas de flúor. Algunos pediatras no están de acuerdo con esta recomendación, por lo que naturalmente es aconsejable seguir las directivas particulares de cada médico.
Si el pediatra no hace estas preguntas, y la madre nota alguna diferencia en su bebé respecto de la maduración promedio, podría mencionársela directamente. También es una buena oportunidad para escuchar los consejos del profesional en relación con los límites y la obediencia, temas que están en total vigencia en este período. Así, al abandonar el consultorio, la mamá se lleva mucho más que una receta de vacunas: también una cantidad de respuestas y un anticipo de lo que vivirá en los próximos meses.
Nota supervisada por el Equipo Médico de Mamashelp.
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